Un ambiente nuevo. Las paredes blancas, con olor a pintura aún fresca. El ventanal de la derecha trae una brisa cariñosa y un sol deslumbrante que resalta las maderas del piso recién lustradas. Cuarto chico pero acogedor. Me imagino como será con todos los muebles puestos y me enorgullezco.
"Es perfecto, tal como lo quería.", pensé. Finalmente logré mi cometido. Corrí por el pasillo, abracé a mi hermana y le dije
"Ya está, soy libre". Se rió y caminando susurro, "
Ya me vas a extrañar."
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